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Mitos y verdades sobre el compost: todo lo que debe saber

Compostaje

Descubre los principales mitos y verdades sobre el compost y cómo esta práctica natural mejora la fertilidad del suelo, reduce costos y promueve una agricultura más sostenible y regenerativa en Colombia.

El compostaje ha dejado de ser una práctica marginal para convertirse en una herramienta clave de sostenibilidad agrícola. Sin embargo, aún persisten dudas, malentendidos y falsas creencias que impiden aprovechar todo su potencial. En este artículo, desmentimos los principales mitos y revelamos las verdades técnicas detrás del compost, un abono natural capaz de transformar la productividad del campo colombiano.

Una práctica tan antigua como vigente

El compostaje es una práctica ancestral. Desde las primeras civilizaciones agrícolas, el ser humano aprendió a devolver al suelo los restos de plantas y animales para recuperar su fertilidad. Hoy, en medio de la crisis climática y el aumento de los costos de fertilizantes, el compost vuelve a ocupar un lugar protagónico en el sector agropecuario.

Su valor no radica solo en ser un abono orgánico: el compost contribuye a cerrar el ciclo de los nutrientes, mejorar la estructura del suelo y aumentar la retención de agua, factores determinantes para enfrentar los periodos de sequía que afectan amplias zonas rurales de Colombia.

Pero a pesar de sus múltiples beneficios, el compost sigue rodeado de mitos. Algunos provienen de la desinformación; otros, de malas experiencias por una elaboración incorrecta. A continuación, revisamos los más comunes y aclaramos sus verdades técnicas.

Mito 1: “El compost huele mal”

Verdad: un compost bien hecho no debe tener mal olor.

El mal olor es señal de un proceso anaeróbico (sin oxígeno). Cuando la pila de compost se compacta demasiado o está saturada de agua, los microorganismos benéficos dejan de actuar y son reemplazados por bacterias que producen gases y olores desagradables.

Un compost equilibrado, en cambio, huele a tierra húmeda o a bosque después de la lluvia. Ese aroma es el resultado de una descomposición saludable, rica en microorganismos aeróbicos.

👉 Consejo práctico:

En regiones cálidas, donde la descomposición es más rápida, estos cuidados son esenciales para mantener la estabilidad del proceso.

Lea: Ventajas del compostaje con viruta

Mito 2: “Cualquier residuo sirve para hacer compost”

Verdad: no todo lo orgánico se debe compostar.

Aunque casi todos los residuos naturales pueden degradarse, algunos no son adecuados para compostaje agrícola. Los materiales con grasa, aceites, productos lácteos o carnes pueden atraer plagas y alterar el equilibrio químico del compost.

Tampoco se deben usar plantas enfermas, heces de animales carnívoros o residuos contaminados con pesticidas. Estos pueden introducir patógenos o residuos químicos que afectan los cultivos.

Lo ideal es emplear:

👉 Dato técnico:
Para iniciar el proceso de compostaje con eficiencia se recomienda una C:N de aproximadamente 25–30:1. Si la relación es mucho mayor (exceso de carbono) la descomposición será más lenta; si es mucho menor (exceso de nitrógeno) pueden generarse olores y pérdidas de nitrógeno

Mito 3: “El compost reemplaza completamente a los fertilizantes”

Verdad: el compost complementa, pero no siempre sustituye los fertilizantes minerales.

El compost aporta una liberación lenta y sostenida de nutrientes, mejora la estructura del suelo y estimula la microbiota. Sin embargo, su concentración de nutrientes es más baja que la de un fertilizante químico.

Por eso, en cultivos de alta exigencia nutricional —como maíz, arroz o caña de azúcar— lo más efectivo es aplicar un manejo combinado, donde el compost mejora la calidad del suelo y los fertilizantes suplementan las deficiencias específicas.

👉 Dato Vidagro:
El ICA resalta que los fertilizantes orgánicos ayudan a mejorar la estructura, aireación y retención de agua del suelo.

Lea: Beneficios del compostaje

Mito 4: “El compost solo sirve para la agricultura orgánica”

Verdad: el compost beneficia todo tipo de sistemas agrícolas, tanto orgánicos como convencionales.

Incluso los grandes productores industriales están incorporando compost en sus programas de manejo integrado del suelo. ¿La razón? Su capacidad para regenerar la materia orgánica perdida por el uso intensivo de maquinaria y fertilizantes químicos.

El compost mejora la porosidad del suelo, lo que facilita la infiltración del agua y la oxigenación de las raíces. Además, incrementa la capacidad de intercambio catiónico (CIC), ayudando a que los nutrientes estén disponibles por más tiempo.

En sistemas orgánicos, el compost es el pilar principal de la fertilización. En sistemas convencionales, actúa como una base biológica que reduce costos y dependencia de insumos externos.

Mito 5: “Hacer compost es complicado y costoso”

Verdad: el compostaje es una técnica accesible y adaptable a cualquier escala.

No se requiere maquinaria sofisticada. En una finca pequeña o una huerta urbana, basta con un espacio ventilado y materiales locales. En cambio, los grandes productores pueden optar por composteras tecnificadas con volteo mecánico y control de humedad para obtener volúmenes mayores.

El principio es el mismo: dejar que los microorganismos trabajen. Con el control adecuado de humedad (40–60%) y temperatura (entre 50°C y 60°C), el proceso se completa en 2 a 4 meses.

👉 Consejo de Vidagro:

Además de generar abono, el compostaje reduce los costos de disposición de residuos y disminuye la huella de carbono del sistema productivo.

Mito 6: “El compost genera plagas o atrae insectos”

Verdad: un compost bien manejado no atrae plagas.

Si el proceso se realiza correctamente, la temperatura interna del compost (que puede superar los 55°C durante la fase termofílica) elimina huevos de insectos, semillas y patógenos. Esto lo convierte en un producto seguro y estable.

La presencia ocasional de lombrices, escarabajos o microorganismos visibles es señal de buena salud biológica. Ellos colaboran en la descomposición y enriquecen el abono con enzimas y compuestos húmicos.

Beneficios comprobados del compost

Más allá de los mitos, el compost ofrece beneficios concretos para el agricultor:

  1. Mejora la estructura del suelo, evitando compactaciones y favoreciendo el crecimiento radicular.
  2. Aumenta la capacidad de retención de agua, vital en zonas semiáridas.
  3. Favorece la actividad microbiana, esencial para la disponibilidad de nutrientes.
  4. Reduce la erosión y protege la capa superficial del suelo.
  5. Disminuye costos de manejo de residuos y compra de insumos.
  6. Contribuye a la mitigación del cambio climático al capturar carbono orgánico.

Un suelo con compost no solo produce más, sino que produce mejor: con mayor calidad, resiliencia y sostenibilidad a largo plazo.

Lea: ¿Por qué es mejor usar abono orgánico que fertilizantes químicos?

Devolverle vida al suelo

Distinguir los mitos y verdades sobre el compost es fundamental para avanzar hacia una agricultura moderna y regenerativa.

El compostaje no es una moda, sino una estrategia de manejo integral del suelo que restaura su fertilidad, promueve la sostenibilidad y reduce la dependencia de químicos.

Ya sea en una finca familiar o en una operación agroindustrial, el compost es una inversión en el futuro del suelo y del planeta.

Cada puñado de compost representa un paso hacia una producción más limpia, circular y respetuosa con la tierra.

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