El Ministerio de Agricultura lanzó un plan que permitirá a más de 2.400 papicultores en mora acceder a condonaciones de hasta el 100 % en intereses y el 80 % en capital.
El Gobierno nacional avanza en la implementación de un plan de condonación de deudas dirigido al sector papero, una de las actividades agrícolas más golpeadas en los últimos años. A través de jornadas de atención territorial organizadas por el Ministerio de Agricultura, Finagro y el Banco Agrario, los campesinos que mantienen obligaciones en mora han empezado a acceder a un paquete de alivios que contempla la condonación total de intereses —incluyendo corrientes, moratorios y otros conceptos— y hasta el 80 % del capital de la deuda. Con esta estrategia, el Ejecutivo busca no solo aliviar la carga financiera de los pequeños productores, sino también garantizar la continuidad de la actividad agrícola y fortalecer la seguridad alimentaria del país.
Las jornadas de atención se han desplegado en departamentos estratégicos para la producción de papa como Cundinamarca, Antioquia, Norte de Santander y Cauca, con presencia en municipios de fuerte tradición agrícola como Subachoque, La Calera, Villapinzón, Pamplona o Popayán. Según cifras oficiales, en estas jornadas han sido atendidos más de 200 productores de manera directa, mientras que a nivel nacional ya se ha logrado normalizar la cartera de 646 papicultores, por un monto cercano a 14.211 millones de pesos. No obstante, todavía permanecen en mora alrededor de 1.347 clientes respaldados por el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG), quienes podrían acogerse a los beneficios en los próximos meses.
El marco legal que respalda estas medidas está contemplado en la Ley 2071 de 2020, reglamentada por el Decreto 596 de 2021 y ajustada posteriormente por el Decreto 1730 de ese mismo año. Según la normativa, los productores con deudas vencidas al 30 de noviembre de 2020 pueden suscribir acuerdos de recuperación y saneamiento de cartera, con plazos y niveles de condonación que varían según la antigüedad de la mora y la capacidad de pago. En el caso de los pequeños productores, el alivio puede llegar hasta al 80 % del capital si el pago se realiza en un plazo máximo de 360 días, con condonación total de intereses. La norma también contempla beneficios adicionales, como un descuento extra del 5 % para mujeres rurales, así como la suspensión de cobros judiciales en algunas obligaciones no financieras.
La ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, destacó que este programa responde a los compromisos pactados en la Mesa Nacional de Papa y se inscribe en la estrategia de diálogo directo con los sectores rurales. “Este es un Gobierno que escucha, que dialoga y que cumple con los campesinos. Estos alivios son un reconocimiento a la importancia del sector papero y a las dificultades que ha enfrentado en los últimos años”, afirmó la funcionaria durante una jornada en el departamento de Cundinamarca. A su vez, la presidenta de Finagro, Alexandra Restrepo, invitó a los agricultores que aún no han normalizado su situación a aprovechar los beneficios, recordando que más de 2.400 productores están habilitados para hacerlo.
Desde la orilla de los campesinos, los alivios llegan como un respiro. La inestabilidad en el mercado de la papa y las dificultades para acceder a crédito formal, han llevado a muchos productores a una situación de endeudamiento insostenible. Varios de ellos reconocen que, sin estas condonaciones, habrían tenido que abandonar la actividad. Ahora, con la posibilidad de normalizar sus deudas, se abre la puerta para continuar cultivando, acceder a nuevos créditos y, en algunos casos, recuperar la confianza en el sistema financiero rural.
A mediano plazo, el programa tiene el potencial de impactar positivamente en varios frentes. Para los productores, significa la oportunidad de empezar de nuevo y mantener la estabilidad de sus familias. Para el país, implica la recuperación de la capacidad productiva de un sector clave para la dieta de millones de colombianos, así como el fortalecimiento de la cadena de comercialización de la papa. Además, para las entidades financieras, la normalización de cartera representa una mejora en la salud del sistema crediticio agropecuario.
Sin embargo, el camino no está libre de obstáculos. La cobertura sigue siendo un reto, pues la mayoría de los beneficiarios aún no se han acogido al programa, lo que obliga a redoblar esfuerzos de difusión y acompañamiento técnico. También hay cuestionamientos sobre la sostenibilidad fiscal de las condonaciones y la necesidad de mecanismos de control que garanticen que los beneficios lleguen a quienes realmente los necesitan. Asimismo, especialistas señalan que el éxito de la iniciativa dependerá de que los productores no vuelvan a caer en mora, para lo cual será indispensable fortalecer el acceso a mercados, brindar asistencia técnica y ofrecer condiciones de crédito más estables.
Pese a los retos, el plan de condonación de deudas para los papicultores constituye una apuesta decidida del Gobierno para aliviar la crisis financiera de un sector que resulta fundamental en el agro colombiano. De su correcta implementación dependerá no solo la estabilidad de miles de familias campesinas, sino también la confianza de los productores en el Estado y la solidez de una cadena productiva estratégica para la seguridad alimentaria del país.
