Sanitización de galpones avícolas: cómo proteger la salud de las aves

Sanitización de galpones de aves.

La sanitización rigurosa de los galpones y la aplicación de protocolos de bioseguridad son la primera línea de defensa para evitar la entrada y la propagación de agentes patógenos en la producción avícola.

La orden del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) de sacrificar decenas de miles de aves importadas por la empresa HY-Line, -un hecho que generó controversia pública entre autoridades y la empresa importadora— pone en evidencia dos verdades complementarias: la trazabilidad y controles sanitarios en importaciones son críticos y las granjas locales deben mantener medidas estrictas de bioseguridad para minimizar riesgos de introducción y diseminación de patógenos.

¿Qué es Salmonella Gallinarum y por qué preocupa?

Salmonella Gallinarum (causante de la enfermedad conocida como fowl typhoid) es un patógeno adaptado a aves que puede provocar alta morbilidad y mortalidad en lotes comerciales si se disemina. Aunque representa un riesgo sanitario serio para la producción avícola, se considera de bajo riesgo zoonótico para humanos en comparación con otros serotipos de Salmonella. El impacto principal es productivo y económico en las granjas afectadas

Riesgo de importar aves vivas y la función de la cuarentena

La importación de aves vivas entraña el riesgo de introducir patógenos —no solo Salmonella, sino también virus como influenza aviar o enfermedades bacterianas— por eso existen requisitos de cuarentena, certificación y muestreo previos a la liberación de los lotes. Cuando surgen hallazgos positivos, las autoridades aplican medidas de control que pueden incluir sacrificio, cuarentena extendida o bloqueo de movimiento, según la legislación y protocolos vigentes.

Principios básicos para sanitizar galpones (resumen ejecutivo)

  1. Limpieza profunda (previa a desinfección): retirar cama, heces, polvo y materia orgánica; limpiar en seco y luego en húmedo con detergente.
  2. Desinfección eficaz: elegir productos registrados y aplicarlos con el tiempo de contacto adecuado; métodos: espuma, aspersión, nebulización o inmersión según componente.
  3. Secado y cierre: permitir secado completo y evitar recontaminación cerrando el galpón y limitando acceso.
  4. Control de vectores y roedores: eliminar focos que favorezcan la diseminación.
  5. Registro y trazabilidad: documentar fechas, responsables, productos y lotes.
    Estas prácticas están respaldadas por guías internacionales y por manuales de bioseguridad industrial.

Procedimiento detallado paso a paso

Antes de iniciar: planifica y protege

Paso A — Limpieza en seco

  • Retira toda cama vieja, estiércol, polvo acumulado y material orgánico de equipos (comederos, bebederos, ventilación, maquinaria).
  • Barrido y aspirado, recogida en sacos o contenedores cerrados para destino controlado.

Paso B — Limpieza en húmedo

  • Aplicar detergente alcalino en todas las superficies para eliminar restos y biofilms; frotar y enjuagar con presión suficiente.
  • Insistir en grietas, soportes metálicos, sistemas de alimentación y zonas de difícil acceso.

Paso C — Reparaciones menores

  • Sellar grietas, reparar bebederos o comederos dañados y eliminar zonas que acumulen humedad antes de desinfectar.

Paso D — Desinfección

  • Seleccionar desinfectante registrado para uso aviar (seguir etiqueta: dosis, tiempo de contacto y método).
  • Técnicas: espuma para superficies verticales, aspersión o nebulización para ambiente (atención a equipos eléctricos), inmersión para piezas pequeñas.
  • Respetar tiempo de contacto y enjuagar si la etiqueta lo indica.

Paso E — Secado y verificación

Dejar secar completamente; verificar con pruebas de ATP o microbiológicas si el objetivo es validar la eficacia antes de reocupación.

Paso F — Reingreso controlado

  • Implementar periodos de vigilancia antes de introducir aves nuevas; mantener cuarentena y control de acceso (registro de personas y vehículos).

Agua, alimento y manejo de insumos

  • Agua: desinfección de sistemas y pruebas microbiológicas periódicas; evitar el reuso sin tratamiento.
  • Alimento: almacenar en silo o depósitos secos, rotación de stock, protección contra humedad y roedores.
    Un fallo en agua o alimento puede convertirse en fuente de contaminación.

Control de vectores y plagas

  • Bloquear acceso de aves silvestres con mallas y elementos de exclusión; control de insectos y roedores con programas integrados (trampas, cebo, fumigación controlada).
  • Inspecciones periódicas y registro de hallazgos.

Muestreo, pruebas y fiabilidad diagnóstica

  • Diseño del muestreo: un único resultado positivo en una muestra aislada puede deberse a contaminación o error en toma/procesamiento; por eso los protocolos oficiales suelen requerir procedimientos de confirmación (re-muestreo, pruebas complementarias). Estudios y guías técnicas muestran que la PPV de una prueba depende de la prevalencia, sensibilidad y especificidad; en vigilancia rutinaria se recomienda escalonar pruebas y confirmaciones.
  • Recomendación práctica: ante un resultado positivo en vigilancia rutinaria:
    1. Retener movimiento de animales y productos.
    2. Repetir muestreos según protocolo (muestras representativas, aislamientos múltiples).
    3. Enviar a laboratorio de referencia para confirmación por métodos complementarios (ej.: cultivo, serotipado, PCR según el agente).

¿Qué hacer si hay un resultado positivo confirmado?

  • Activar el plan de contingencia: notificación inmediata a la autoridad competente, aislamiento del área, manejo de mortalidad, trazabilidad y evaluación de riesgo.
  • En función del agente, su virulencia y la legislación, las medidas pueden ir desde cuarentenas y limpieza intensiva hasta sacrificio o sacrificio parcial. Es esencial que las decisiones se basen en diagnósticos confirmados, evaluación de prevalencia y supervisión oficial.

Registro, trazabilidad y comunicación transparente

  • Mantener registros de limpiezas, productos, lotes de insumos, resultados de pruebas y entradas/salidas.
  • Ante una crisis, la comunicación temprana y documentada con autoridades y socios comerciales es clave para preservar la confianza.

Capacitación y cultura de bioseguridad

  • La bioseguridad es práctica y comportamiento: entrenamiento periódico para operarios, protocolos visibles (listas de chequeo), simulacros y auditorías internas.

Conclusión

  • La importación de aves puede introducir riesgos, pero la sanitización adecuada, un plan de muestreo riguroso y controles de ingreso reducen drásticamente la probabilidad de brotes. Invertir en limpieza, desinfección, infraestructura y capacitación protege la producción y la continuidad del negocio.

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